Cuando Hidalgo llegó a nosotros era un potro de apenas 1 año de edad.

Hidalgo era un pequeño potro que llegó en compañía de su madre Alina. Ellos vivían muy felices en un pequeño establo en casa de un adulto mayor que trabajaba el campo con ayuda de Alina y decidieron que tuviera a Hidalgo para que ayudara a ambos.

Sin embargo, para el señor era cada vez más cansado su trabajo y últimamente su salud estaba empeorando y la de su esposa. Su esposa enfermó gravemente y ya no podía dejarla sola en casa, por lo que dejo de ir al campo.

Alina y sobretodo Hidalgo resintieron la falta de actividad e Hidalgo empezó a presentar estereotipias de comportamiento, esto quiere decir autolesiones físicas consecuencia del aburrimiento.

Al señor no le gustaba ver así a sus animales, así que decidió contactarnos. A pesar que insistimos en proporcionarle ayuda para que mantuviera a sus caballos, él dijo que iba a dedicar todo su tiempo a su salud y a la de su esposa, solo pidió que los cuidáramos y nos los separáramos, así que los llevamos a casa.

Ambos eran muy nobles y se acoplaron rápido a la manada, sin embargo, para nuestra mala suerte Alina murió a los pocos meses de su llegada. Esto debido a la alimentación. Ella estaba acostumbrada a pastar al aire libre y ocasionalmente se les proporcionaba un poco de avena. Debido a la desparasitación y al alimento en grano, que no sabíamos que nunca había probado, presentaron ambos un cólico.

Fue la primera vez que nos enfrentamos a esto, tuvimos que separarla de Hidalgo, y les proporcionamos la atención médica necesaria que conocíamos para ese entonces sin embargo casi después de 24 horas de sufrimiento, Alina decidió dejarnos.

Hidalgo salió rápido y no paraba de retozar en la caballeriza, no nos quedó más que llevarla lejos.

Hidalgo, sin su madre, empezó a mostrar un comportamiento un tanto obsesivo y complicado, por lo que nos sugirieron “castrarlo” para que se tranquilizara. También con él fue nuestra primera experiencia y acercamiento a este proceso.

Después de esto nos preocupamos de que Hidalgo se sintiera querido y parte de la manada y funcionó bien, sin embargo, es uno de los potros más complicados de trabajar y si no tiene actividad constante suele autolesionarse.

Su pasatiempo favorito era tragar aire pero ya ha sido atendido, sin embargo, sigue buscando superficies en la cual pueda acercarse y frotarse hasta el punto de sangrar, por lo cual presenta constantemente inflamación en la piel que atendemos regularmente.

Hasta hoy, el mejor tratamiento que hemos encontrado para Hidalgo es el ejercicio y la actividad física constante. Suele entenderse mejor con adolescentes extrovertidos que buscan aventuras fuertes, puedes conocerlo en clases y próximamente se convertirá en uno de nuestros adoptables.

 

Nombre

Hidalgo

Sexo

Macho castrado

Edad

7 años

Raza

Criollo

Ingreso